Dando Jaque: Caminamos al Revés




-Ramón Vargas

Hace miles de años, Protágoras dijo: «el hombre es la medida de todas las cosas». El griego quería significar la inexistencia de la verdad absoluta. Pero al pasar de los años, sí se establece una gran verdad: «el hombre es una máquina de hacer y deshacer, es decir, de construir y destruir.» Solo eso explica que destruye su propia casa y los recursos que garantizan su existencia: los bosques, los ríos y la Madre Tierra. Así, desde los tiempos inmemoriales, el hombre destina dinero ilimitadamente para las guerras, y los recursos escasean para alimentación y medicina.

En estos tiempos que vivimos, la situación cada vez se degrada más… Mientras la ciencia avanza continuamente y vemos grandes transformaciones en la tecnología, el material humano no sintoniza con esos avances; es más, camina al paso de la ciguapa con un comportamiento cada día más primitivo.

Es inaceptable que en un mundo con tantos recursos para disfrutar la vida en abundancia, tenemos, por la avaricia de unos pocos y las complicidades de otros, que vivir en medio de miseria y limitaciones. Debemos negarnos a ser parte de un mundo donde se ha perdido el sentido humano y solidario.

Los buenos valores cada día son más escasos. En cambio, la mediocridad y anti‐valores se imponen… en nuestro País, de eso, somos un buen ejemplo…

En el plano político, salvo algunas excepciones, no se explica que los alumnos del profesor Bosch estén en las antípodas de su ética y moral… y que existan otros como Hipólito, Miguel Vargas y el cabo Zorrilla.

Miren qué comunicadores tenemos luego de la partida de Yaqui Núñez y el talentoso Freddy Beras: un Pachá y un Alofoke…

En las mujeres ya casi no se escuchan las hermosas Yatnna, Milagros y Mariasela, ahora hay otras hermosas también, pero con pocas cabezas…

Que alguien me explique, luego de Julio de Peña, Francisco Antonio Santos, Justino José del Orbe y otros grandes defensores de la clase obrera, que ahora tengamos a un Antonio Marte y un tal Pepe Abreu… Y lo que es peor, parece que lo anormal se convierte en normalidad, quién justifica que los espacios del talento y la exquisitez de Juan Luis Guerra y otros, los ocupe Tokischa…

No quiero este mundo, me niego a él. Si la reencarnación existe, quiero caer en la época de los taínos; pero no en el cacicazgo de Guacanagarix, en el de Caonabo…

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