Desinterés y apatía de la élite política



Por Isaías Ramos

El desinterés y apatía de la élite política por el bienestar para el pueblo dominicano, han hecho de nuestra constitución un pedazo de papel.
Ellos han implementado un modelo social y económico contrario a lo enunciado en los artículos 7 y 8 de la Constitución, sobre el Estado Social y Democrático de Derecho, donde debe prevalecer la dignidad humana y la justicia social.
La élite ha desarrollado un patrón neoliberal de acumulación de riqueza en unas pocas manos, incrementando la desigualdad sin precedente en nuestra historia republicana.
Con este modelo han pisoteado la dignidad humana, se goza de presentar las migajas que dejan caer al que ellos mismos han llevado a la miseria más denigrante que produce las injusticias sociales reiteradas.
La burocracia clientelista y la falta de los servicios esenciales van destruyendo la base productiva de los sectores más vulnerables de la cadena de producción nacional.
La maldad que llevan en sus almas la manifiestan cuando obvian las garantías constitucionales del derecho para el bienestar general y se enfocan en encontrar la ventaja para saquear y robarle el patrimonio y el sudor del pueblo.
Así utilizan el artículo 50 sobre la libertad de empresa de sus tres numerales, amañando el numeral 1 donde se prohíbe el monopolio.
La élite ha creado oligopolios y carteles en algunos sectores económicos y financieros que se han encargado de sangrar el presupuesto nacional y los bolsillos de los dominicanos con el encarecimiento de las tarifas de los servicios dados en concesión por el Estado dando como consecuencia el encarecimiento de la canasta básica de los sectores de menores ingresos. Esto ha llevado a la caída del salario real de los quintiles 1 y 2, los cuales cada día ven deteriorada más su calidad de vida.
Sin embargo, es el numeral 3, el cual permite al Estado otorgar concesiones al sector privado, donde la élite ha sido muy diligente en buscar sus beneficios en perjuicio de los dominicanos más necesitados.
Los ejemplos más recientes han sido el regalar nuestro oro con 97% para ellos y 3% para el pueblo, regalar nuestros aeropuertos, la privatización del sector energético y todas las empresas que eran patrimonio del pueblo, las cuales el Estado ha ido cediendo a esa élites egoístas e insaciables.
Con este neoliberalismo salvaje han violentado el “Estado Social y Democrático de Derecho».
En el Frente Cívico y Social entendemos que llegó la hora de trabajar con determinación para enderezar el rumbo del país.
Con intenciones nobles y voluntad política férrea de implementar esta misma constitución bajo “El Estado Social y Democrático de Derecho» lograríamos la disminución de la pobreza y las desigualdades y un crecimiento sostenible.
Una política social y económica bajo los principios de equidad y justicia con una intervención del Estado en sectores abandonados por décadas y que han creado un cúmulo de deuda social enorme, como son salud (con políticas preventivas) educación (privilegiando la educación inicial), infraestructura (energía renovable, sistema cloacal , agua potable y vivienda social).
Es garantizado que los países que invierten sus recursos en suplir a la población estos servicios esenciales obtienen un crecimiento elevado y sustentable y mejoras sustanciales en el bienestar de todos.
Pasar de la retórica a la acción y con voluntad política férrea lograremos derrotar estas injusticias creadoras de tanta desigualdad.

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