-Ramón Vargas
En el último semestre del año, los tres grandes líderes del mundo, Xi Jinping, Joe Biden y Vladimir Putin, han visitado la zona más neurálgica del Planeta: el Medio Oriente.
El contraste del recibimiento marca la realidad y los cambios que tiene el mundo de hoy; mientras Biden fue prácticamente humillado por los árabes, Putin fue recibido con todos los honores y Xi Jinping fue homenajeado como rey por los dirigentes del Reino de Arabia Saudí.
La bravuconada y el chantaje para seguir pretendiendo detener los cambios que reclaman las naciones emergentes, que de manera irreversibles se desarrollan en este mundo multipolar, solo debilitará más a sus promotores…
Washington y Bruselas deben entender que su mundo unipolar tocó fondo; el cerco a Rusia con la OTAN y la guerra comercial para contener a China y las sanciones contra Irán y otras naciones, sólo tienen eco en su minoritario y estrecho mundo.
El viaje de Xi Jinping al otrora feudo de Washington, nos dice hasta qué punto es la decadencia de un imperio que se construyó sobre la base del expolio y la explotación de los recursos ajenos, a diferencia de Rusia y China, que enfatizan en la cooperación.
En la visita de Xi Jinping al mundo árabe, aunque en Catar se está celebrando el mundial, no es de fútbol que se hablará… Se plantea sendas reuniones, una con los dirigentes del Golfo Pérsico, es decir, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes, Catar, Baréin, Kuwait y Omán. Y la otra con la Liga Árabe, donde convergen 16 países.
China se ha convertido en el mayor socio comercial, con un volumen de cientos de miles de millones de dólares, de quienes eran de manera absoluta aliados de Estados Unidos; y lo verdaderamente importante es que los intercambios se realizarán en sus respectivas monedas de esos países. El 25% del petróleo saudí va hacia China. La utilización del dólar como arma política, en la locura de querer mantener la hegemonía del mundo, fue un tiro en el pie del Tío San; el petrodólar será sustituido por el petroyuán…
Las declaraciones del jefe de la diplomacia china, Mao Ning, nos da una idea hacia dónde se dirige la visita cuando dijo: «trabajamos para fortalecer la unidad y la coordinación en las actuales circunstancias».
La llegada con fuerza de Xi Jinping a la zona que con Rusia domina los recursos energéticos, motor que mueve la economía del mundo, es una mala señal para Occidente. Y no es que no tendrán esos recursos, es que no lo controlarán… el mundo multipolar no lo controlará el que tenga el dinero, sino el que tenga los medios para producirlo.
La mayor riqueza humana está en China e India, los energéticos en Medio Oriente y Rusia tiene abundancia de todos los recursos naturales. Exceptuando a los Estados Unidos, con sus ilimitados recursos, serán los europeos quienes más sufrirán y perderán protagonismo.
Enorme será el precio que pagarán por su apoyo incondicional a Washington; mientras más dure, peor para ellos. Al final, cuando ya no sirvan a los intereses de los Estados Unidos, tendrán que rascarse con sus propias uñas…
