Isidro Toro Pampols
«La sociedad necesita personas que se ocupen de los ancianos y que sepan cómo ser compasivos y honestos. La sociedad necesita gente que trabaje en los hospitales. La sociedad necesita todo tipo de habilidades que no son sólo cognitivas, son emocionales, son afectivas. No podemos montar la sociedad sobre datos» Alvin Toffler
En anterior artículo titulado ¿Están sentenciados a desaparecer los partidos políticos? (Noticias 22, 25/11/2022), de manera sucinta reseñamos la idea de partido político, de posthumanismo, hablamos sobre la “Comisión Trilateral” y lo que algunos apuntan como el “Nuevo Orden Mundial”, la inteligencia artificial y el transhumanismo, dejando al final la pregunta ¿Están sentenciados a desaparecer los partidos políticos?
En lo particular no creo que el fin de la historia sea ni el liberalismo radical, que llaman neoliberalismo, ni un mundo totalmente manejado por la inteligencia artificial. Siempre existirán grupos que promuevan programas políticos orientados a la salud, economía, educación, medio ambiente, investigación y desarrollo entre otras áreas inherentes al ser humano.
Los partidos políticos se adaptarán a los nuevos tiempos, pero en su esencia no habrá cambios. Robert Michels, quien fue un sociólogo alemán que formuló la denominada «ley de hierro de la oligarquía», afirmaba que tanto en autocracia como en democracia siempre gobernará una minoría, planteando que toda organización política se vuelve oligárquica. Posiblemente todo el adelanto tecnológico sea útil para mineralizar la precitada Ley Michels. Pero esto es otro tema.
El ser humano es un microcosmos y tal como el macrocosmos, los individuos son entes complejos que difícilmente la cibernética podrá comprender holísticamente, ya que es una realidad cuyo todo es distinto a la suma de las partes que lo componen; de allí que difícilmente un programa informático podrá comprender y controlar de forma dócil, total y permanentemente, al ser humano. Quizás en una coyuntura, pero siempre apuesto a la libertad del hombre.
Hoy vemos que el mundo se dirige aceleradamente hacia un liberalismo económico con regímenes políticos diferenciados: unos más autoritarios, otros se colocan bajo etiquetas «democráticas» y entre ambos puntos, una variedad de expresiones que combinan características de los extremos. Mas la ciencia y la globalización llevan a un intercambio comercial donde se busca eliminar barreras aduanales y fomentar la competencia entre empresas radicadas en países que se ubican en los mismos más por las ventajas que le ofrecen que por fidelidad nacional.
Frente a esta realidad siempre tendremos problemas de salud pública, educación, ocio, investigación, entre otros. A esto se le suma la complejidad propia del ser humano que, aunque se adoctrinen a grandes contingentes, siempre existirán Anonymous que reivindicaran el libre pensamiento como característica inmanente del ser humano. Los rebeldes también organizaran sus agrupaciones políticas con sus singularidades. Eso creo.
