Por Ramón Vargas
No he podido resistirme a la sugerencia de varios seguidores de este espacio semanal (perdonen la inmodestia), para que opine sobre la grandeza del futbolista rosarino, Leo Messi.
Sin embargo, no entraré en la polémica de quién ha sido mejor, si Messi, Pelé o Maradona.
Cada uno en su momento (aunque decirlo es una perogrullada), llenaron una época. Hacer comparaciones de atletas y plantear conclusiones definitivas, es un error; incluso los números no siempre lo dicen todo.
Un ejemplo es el del lanzador Denton True Young ( Cy Young), que con sus 511 victorias está considerado el mejor de todos los tiempos; sin embargo, perdió 316, más que cualquier otro, en una época que no había relevistas y se lanzaba diario, incluso hasta dos veces por día.
En estos tiempos se juega distinto. El deporte, como todo en la vida, evoluciona y está sujeto a cambios y a reglas nuevas.
Las comparaciones siempre existirán, como la de si Jordan o LeBron. Lo que sí hay es jugadores que marcan la diferencia como Curry en el baloncesto, así como Messi cambió el fútbol.
El argentino ha hecho del fútbol un arte. Es decir, antes de él, era un juego más físico. Nadie tiene la capacidad para pasar, asistir y desbordar como él, jugando siempre con la elegancia de un bailarín; no solo hace goles, los provoca como ninguno haciendo que otros brillen…
LOS NUMEROS DE MESSI SON DIFICILES DE SUPERAR: 793 goles y 331 asistencias, para un total de 1,124.
42 títulos individuales en su carrera: 8 supercopas, 7 copas del Rey, 4 Champions League, 3 mundiales de clubes, 3 supercopas de Europa, 1 mundial, 1 League #1, 1 supercopa de Francia, 1 copa América, 1 mundial sub 20, 1 medalla Olímpica, además de 7 balones de oro (más que ningún otro), 2 balones de mundiales (Brasil y Qatar), y otros más.
Todo esto incluyendo un comportamiento ejemplar como atleta, ciudadano y padre de familia; casado con la novia de su juventud, Antonella Rocuzzo, con quien ha procreado tres hijos, hacen de Messi un atleta excepcional.
Pasarán muchos años antes de volver a ver un futbolista como él.
Se habla mucho del francés Kylian Mbappé, a quien parte de los franceses no quieren por su origen africano, y los africanos lo desprecian por considerarlo francés. A mi entender, no será el sustituto.
Pongan atención a este nombre: Erling Haaland de Noruega. No es tan mediático como Mbappé, que además de su talento lleva una vida nocturna muy activa; el nórdico, si se mantiene saludable, es un auténtico depredador de las porterías rivales.
En apenas 20 años, lleva 200 goles. Nadie a esa edad, excepto él, lo ha hecho. De continuar ese camino, ocupará un espacio en el Olimpo de los grandes…
