Dando Jaque: El regreso de Correa



-Ramón Vargas

Una vez dijo alguien que las bases sólo sirven para que las pisen y las masas para que las muerdan. Nada más lejos de la verdad…

Si bien los pueblos en la búsqueda de su bienestar, en ocasiones toman decisiones equivocadas, tienen la capacidad y visión para corregir sus propios errores. Ha sucedido a lo largo de la historia, más reciente en Argentina con Macri, en Brasil con Bolsonaro y Ecuador con Guillermo Lasso.

El discurso del amor contra el odio, es más fuerte que la mentira, y el arrollador triunfo de Revolución Ciudadana (RC) en Ecuador, claramente lo manifiesta.

La ultraderecha, fugazmente motivada en la era de Donald Trump, desató una despiadada ofensiva en contra del movimiento progresista de nuestro Continente.

Así hemos sido testigos de cómo volando toda norma y proceso, apresaban (todavía lo hacen en Perú), perseguían, exiliaban e incluso asesinaban en nombre de la libertad a los que verdaderamente luchan por la justicia y por un mundo de amor y progreso.

En el caso de Ecuador, los diez años del correísmo era un mal ejemplo que la ultraderecha, luego de la cooptación del traidor Lenin Moreno (indigno del nombre y apellido), debían erradicar.

El plan contemplaba destruir el mejor instrumento político de los ecuatorianos: Alianza País, organización creada por Rafael Correa.

El correísmo, en el pasado proceso electoral, triunfó en 9 prefecturas, incluyendo las 2 principales Guayas y Pichincha, donde están ubicadas las dos grandes ciudades, Quito y Guayaquil que tienen, en un país de más de 17 millones, el 40% de sus habitantes.

Ese triunfo incluye más de 60 alcaldías, incluso una donde apenas un día antes de las elecciones su candidato fue asesinado. Y, algo muy significativo para coronar el triunfo, fue que las 8 propuestas sometidas a referendo por el presidente Lasso, fueron todas derrotadas. Esto demuestra la gran fuerza del correísmo y quienes deben ser sus aliados naturales: el movimiento indígena.

La lucha de carácter social y medioambiental de este movimiento es muy interesante ahora que el farsante Yaku Pérez ha sido desplazado; hoy es sólo referencia de una triste y desgraciada historia.

Todo recuerdan como con la consigna, «por el correísmo no» contribuyó a la elección del banquero neoliberal Guillermo Lasso.

Todo indica que en el tramo final del presidente ecuatoriano, un laso apretará su cuello y que la correa de Rafael va a azotar a más de uno.

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