Dando Jaque: El Clásico y la banda presidencial



-Ramón Vargas

Ya lo dice el refrán: «es mejor caer en gracia que ser gracioso».

La escogencia de Rodney Linares para dirigir el equipo dominicano en el pasado Clásico Mundial, no podía ser peor. Este ha fracasado en todos los lugares en donde le ha tocado dirigir. ¿El último? además del Clásico, con los Leones del Escogido, donde tuvo una de las peores actuaciones de manager.

Lo cierto es que Rodney no tiene capacidad para dirigir ni la Liga de los Macos, ¿se acuerdan de esa liga?, donde los barrigones de la crónica deportiva jugaban y bebían, pero es un virtuoso, nació como la auyama…

En este mundo, donde la mediocridad crece más que la verdolaga, Linares, a pesar de sus fracasos, siempre encuentra una mano que le permite triunfar en lo que mejor sabe hacer: PERDER.

Un dirigente medianamente inteligente sabía que los dos juegos claves que decidirían el pase a la final, en el llamado grupo de la muerte, era con Venezuela y Puerto Rico y los dos mejores lanzadores eran Sandy Alcántara y Cristian Javier; ¿qué hizo el genio Linares?desperdició a Javier contra un equipo que hasta yo le ganaba, dejando a Cueto, fuera de forma y pasado de libras, para Puerto Rico y sucedió lo que sólo ese gran genio no podía ver: la masacre boricua.

Insistir con Julio Rodríguez y Rafael Devers, fue otro de sus grandes errores, ya lo dijo alguien: la pelota no es de nombre, es de hombre. Es decir, un pelotero, por más estatus que tenga, nunca rendirá si no está en la forma adecuada.

Si bien no todo es su culpa, tiene una alta cuota de responsabilidad; un dirigente debe tener la visión y el carácter para hacer ajustes y cambios que provoquen reacciones.

Llama la atención y más que eso, indignación, las declaraciones de Juan Núnez, presidente de la Federación Dominicana de Béisbol, calificando de positivo el balance de la actuación dominicana.

Eso muestra el porqué nuestro béisbol, a pesar del inagotable talento, no trasciende en igual proporción; y se debe a la mediocridad de sus directivos, que generalmente llegan, no por talento, sino por componendas.

La gran diferencia con los japoneses, que de ninguna manera, a pesar de Ohtani, tienen más talento que nosotros es: LA DISCIPLINA.

A propósito de disciplina y el exceso de chercha, ¿alguien puede informar qué pasó con la banda presidencial? El País merece una respuesta, aunque sea para saber si terminó en un basurero o en el excusado de un avión…

Preocupa que algo tan simbólico y que merece mayor solemnidad, se preste para hacer cherchas de peloteros; la búsqueda de votos por parte del presidente no debe llegar tan lejos.

Si finalmente, después del desastre en Miami, alguien se acordó en traerla aunque esté arrugada y babiada, que le hagan un reconocimiento en el Palacio.

Eso si, aunque ya tiene un mal augurio, que la laven y planchen, si es con esa que Luis Abinader se piensa reelegir…

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