El voto en las elecciones presidenciales del 2024




Isidro Toro Pampols

El voto es el método democrático de toma de decisiones por medio del cual una comunidad o electorado mide su opinión conjunta mediante la sumatoria del apoyo o preferencia, en nuestro caso, del candidato que seleccionamos para ejercer la Presidencia de la Republica.

En el idioma hebreo clásico existe la palabra “emuná”, término que significa primariamente “confianza”, “seguridad”. Las cosas son verdaderas cuando son “fiables”, seguras porque cumplen lo que ofrecen.

En materia electoral la emuná es fundamental para mineralizar apoyos y lograr éxitos permanentes, no coyunturales. Un candidato para ganar y gobernar en medio de una crisis necesariamente debe ganar la emuná de la colectividad.

Sobre la base de lo anterior veamos algunos de los tipos de votos y como pueden presentarse, de acuerdo con nuestra visión, en el próximo torneo electoral dominicano.

Existe el voto positivo, el que válidamente se emite en favor de un candidato. Este es un voto aditivo.

Académicamente existe el sustractivo, aunque no en República Dominicana, que permite al ciudadano decidir si usará su voto para sumar apoyos a un candidato o para restárselo.

Con alguna variante del voto sustractivo se disiparía el tema de “votar por el menos malo” o la economía del voto. Pensemos en las elecciones del 2020, muchas personas votaron por el PRM pensando que era la única opción para sacar al PLD del gobierno con el sistema electoral vigente.

Igualmente, muchos que votaron al PLD porque les parecía intolerable un gobierno del PRM.

Con el voto sustractivo, una tercera opción aceptable por la mayoría evitaría tener un Gobierno electo por el 52,52% de votos no mineralizados y más grave, sobre la base de un 45% de abstención y un radical 37,46% que obtuvo el partido de gobierno, hoy en la oposición, en ese momento.

Si el ciudadano hubiese tenido la oportunidad de asomar una tercera opción con alguna modalidad del voto sustractivo, se habría relativizado la polarización de ese momento.

No vamos a profundizar en este aspecto por ser un tema más académico que de política real.

Lo anterior nos convoca a tratar el voto útil, el cual concede máxima importancia a ganar la elección concentrando el voto, a la vez que busca evitar la dispersión de este en múltiples alternativas, evitando “perder el voto” o el voto inútil, que es decidir por un candidato que en ese momento no tiene chance por las circunstancias, aunque tenga calidad y pueda ser un “caballo negro” electoral con real opción de triunfo en un futuro cercano. Es difícil cuantificar el número de personas que dejaron de votar por el expresidente Leonel Fernández o Guillermo Moreno y prefirieron votar por el PRM para “sacar” al PLD del Gobierno. Pero sí lo hicieron. Conozco a varias.

Existe en sociología el llamado voto económico retrospectivo, cuando los electores deciden su elección en función de la marcha de la economía en un periodo pasado.

Visto así, las crisis de los años 2003 y 2004, así como la que estamos viviendo en estos momentos, favorecerá al precandidato Leonel Fernández quien, no solamente heredó la del año 2004, sino enfrentó la crisis financiera internacional de 2007-2008 que se desató de manera directa debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en los Estados Unidos durante el año 2006.

Quien guie su opinión por el voto económico retrospectivo, posiblemente se inclinará por el precandidato Fernández.

El voto económico prospectivo es aquel en que el elector tiene como clave las expectativas sobre el futuro de la economía. A estos se les presenta el dilema de quien lo hará mejor en un futuro cercano entre el actual presidente Luis Abinader o el expresidente Leonel Fernández.

Allí compiten los resultados históricamente comprobados frente a unos que están en pleno desarrollo. Allí el elector que se orienta por el prospectivo tendrá que decidir.

Recordemos que estas son variables de análisis que se dan de manera dominantes, aunque no absoluta.

El voto egotrópico es aquel que juzga siempre la marcha de la economía por su situación personal, cada vez que va al mercado, a la gasolinera o a la farmacia, entre otros servicios; o el voto sociotrópico, el cual frecuentemente le da mayor importancia a la situación económica y social global.

Los funcionarios públicos pueden tender hacia el voto egotrópico, pero no todos: los de carrera, aquellos que tienen muchos años en la Administración Pública o en funciones regularmente estable, como policías, maestros, entre otros.

En estos puede funcionar el sociotrópico, al igual que miles de empleados privados, de la economía informal o desempleados, en quienes pesará el clima socioeconómico actual.

Los beneficiarios de programas sociales están conscientes de que todos los gobiernos los mantienen y estos planes que se orientan a la subsistencia precaria no son en absoluto una palanca financiera que catapulta densos sectores de manera estructural fuera del rango de escasez.

Así que estos no se “amarran” por la precitada asistencia.

Todo apunta que se dará una polarización entre el candidato del Gobierno y el expresidente Leonel Fernández para las elecciones del 2024.

La primera batalla se dará en las votaciones municipales de febrero cuyos resultados serán administrado por cada comando de campaña.

Lo cierto es que en poblaciones medianas y pequeñas hay una serie de variables de carácter local que inciden en los resultados.

Cada día la ciudadanía asume con mayor responsabilidad el ayuntamiento como institución cercana a las personas, aunque la abstención hasta ahora sigue siendo alta, por lo que esas variables que actúan en lo local no todas se pueden extrapolar a un análisis nacional.

No así en la elección de los alcaldes del Distrito Nacional, Santiago, Santo Domingo Este y algunas ciudades que, por su tamaño, esa cercanía entre candidato y elector es más difícil e impacta con mayor fuerza la política nacional en la esfera municipal.

Si me preguntan, la mayoría de los electores se guiarán por el voto sociotrópico con un aderezo de los dos tipos de votos económicos, lo que le dará una ventaja a los candidatos que ofrezcan esperanzas creíbles, sustentadas en testimonios verificables, quien podrá gozar de la emuná colectiva.

Comparte esto!