Déjenme si estoy llorando



Por Charlie Núñez
» Es mejor morir de pie que vivir de rodillas».

«Lucha si, elecciones no», tenía 9 años, pero me gustaba la frase.

Recuerdo, mirando un mural del frente estudiantil Flavio Suero, una fotografía de un niño vietnamita con un fusil al hombro y eso quería hacer, me simpatizaba EL CORECATO.

A los 11 años, 1973, cada tarde esperaba que mi papá llegara del trabajo con el periódico en la mano, para ver qué había sucedido con la guerrilla, quería que Caamaño derrocara a Balaguer.

A mis 16 comencé con cierto nivel de conciencia la militancia en el Partido de la Liberación Dominicana, me tocó vivir los años dorados de mi partido.

De esos años a nuestras gestiones de gobiernos, iniciadas en 1996, pausadas en el 2000 y retomadas en el 2004 hasta concluir en el 2020, es mucha el agua que ha corrido por debajo de los puentes.

Nuestro partido dejó de ser el mismo, sobre todo a raíz de nuestro primer ejercicio de poder, pero en vez de renunciar, retornaban algunos que por distintas razones habían salido de la organización.

Desde el gobierno, en el 2019, el PLD se divide en dos franquicias que se repartieron los mismos chef con las mismas recetas.

Una parte de los seguidores de Leonel Fernández salen del PLD y forman el partido Fuerza del Pueblo en la estructura jurídica del Partido de los Trabajadores Dominicanos.

Otros seguidores de Leonel se quedaron en el PLD por haber obtenido candidaturas en el proceso interno, otros por temor a perder sus empleos y hasta por la nostalgia que les daba abandonar su bandera morada con la estrella amarilla.

Al perder el PLD las elecciones del 2020, como por distintas razones se quedaron, por distintas razones se fueron a la “Fuerza del Pueblo”, esto es una actitud que ni la aplaudo ni la condeno.

¿Qué me resulta irritante?, la cantidad de ex compañeros que en sus cartas de renuncia expresaban que nuestro partido había renunciado a los principios, gente que no conoció a Bosch ni en fotos, alegando que habían abandonado las ideas de Bosch.

Usted tiene todo el derecho de renunciar al PLD, váyase por lo que le dé su gana, si se vendió, es su derecho, si es porque no acepta que perdió en una competencia interna, también es su derecho, pero dejémonos de estar inventando razones, que cuando estábamos arriba no les importaban los principios, ni Bosch.

Además, ¿Qué ganan con hablar de principios y salir levantando las manos a un candidato que llegó al gobierno con un grupo de personas que hoy están: unos presos en EEUU, otros presos en sus casas, ex presidiarios, y los presos del rumor público, como producto de uno de los delitos más denigrantes del ser humano?.

Levantar la mano de quien se pasó la vida acusándote de ladrón, de inepto y de no haber hecho nada en tu paso por el gobierno de tu anterior partido, te lo repiten en la cara y tu aplaudes, para aguantar eso hay que ser muy desvergonzado.

Caramba, verlos en esos escenarios haciendo el ridículo, dejándose ofender, sepultando sus pasados y sus futuros en un solo ataúd. Que penoso es ver a gente que tú aprecias meter los principios en una mochila y en vez de hacer lo que hizo, Caamaño, el Che, Fidel, Manolo, decidieron subirse en el palo y mantenerse arriba aunque sea guindando.

Dirán que no estamos en tiempos de escalar las montañas, pero al menos esperaba la creación de un nuevo partido, con nuevas ideas y nuevo accionar, no venderle a este pueblo, que su verdugo que lo está matando de hambre y usando los dineros de todos, para burlarse diciendo que todo está bien, eso nunca.

Díganme si lo que estamos viendo de quienes jamás esperaste esa actitud, no es como para ponerse a llorar.

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