A Carolina, Domingo la metió y la sacó de las calles.

Por Charlie Núñez

Con tenis blancos y ropa cara, acompañada de influencers en los que se ha gastado según el presupuesto del ayuntamiento, 34 millones de pesos y cobrando del 2×1 del gobierno central para comprar silencio, se mantuvo como una candidata invencible a repetir en la alcaldía de la capital.

Hablamos de Carolina Mejia, a quien la madre naturaleza le recordó en el 2022, que las promesas de ella se habían quedado en papeles y que, como siguió de rumba, se lo volvió a repetir en el 2023, pero esta vez llamándole la atención en público y de la manera más cruel posible.

Los funcionarios del gobierno, comenzando por el presidente de la República, quisieron, como siempre, echarle la culpa a las administraciones pasadas y excusarse con que el problema del drenaje, principal causa del desastre ocurrido, era una solución a largo plazo y muy costosa.

Mientras tanto, Domingo Contreras, principal contrincante para enfrentar a Carolina, se encontraba luchando a lo interno de su partido defendiendo sus convicciones: la unidad de las fuerzas de oposición.

Cuando es proclamado candidato por la alianza RD, era un sentir generalizado de que Domingo era el mejor candidato, el más preparado, quien sabía de eso, pero ganarle a Carolina era imposible.

Cuando Domingo comienza a exponer sus ideas y a escuchar los reclamos de la gente, a reunirse con los partidos aliados y logra compactar las fuerzas de estos en una sola dirección, la historia cambió.

Domingo tiene mucho que decir y muchas soluciones que presentar, con una gran ventaja, la experiencia en el mismo ayuntamiento de la capital, con ejemplos de que la excusa perremeista es solo incapacidad con falta de seguimiento y abandono de la ciudad.

Como sí Carolina fuera su aliada, sale con una campaña para que la entiendan los genios de la nasa, ofertando lo que menos ha dado, amor por la capital, y dejando claro que no sabe por qué jurisdicción es que aspira, pues dice, «amar a Santo Domingo que es la provincia vecina», y no me vengan con teorías baratas para justificar ese disparate.

A eso le agregamos que a Carolina no le interesa la alcaldía, lo que quiere es ser presidente de la República, así mismo, pre – si – den – te.

Como Domingo rápidamente logró penetrar al corazón de los municipes, Carolina se vio precisada a salir a las calles, como ella no puede defender su gestión ni prometer por no haber cumplido, ni rebatir las propuestas de Domingo, ha tenido que abstenerse de interactuar con la gente y andarle de lejito, en pocas palabras, Domingo la sacó y Domingo la encuevó.

Para mala suerte de Carolina, la capital está demandando debates y parece ser que aunque no lo quiera, tendrá que verse cara a cara de frente con quien se encamina a ser el próximo alcalde de la capital, Domingo Contreras.

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