Demócratas alemanes preocupados por el extremismo de derecha

Isidro Toro Pampols

En noviembre de 2023 se reunieron en Potsdam, la emblemática ciudad donde Hitler realizaba espectaculares desfiles que impresionaban a propios y extraños, miembros del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) con grupos neonazis y empresarios para discutir planes políticos, entre otros, la expulsión de extranjeros y personas alemanas de origen forastero.

Lo preocupante es que esta agrupación ultraderechista continúa su ascenso imparable en intención de voto, según sondeos representativo de reconocidos institutos de investigación y se consolida como segunda fuerza política germana, en un país donde los partidos que forman la coalición de gobierno pierden cada día apoyo, según las mediciones señaladas.

Entre las propuestas está la deportación de dos millones de personas a África del Norte, aplicando el criterio de remigración, que es un concepto político que proclama el retorno forzado de inmigrantes no blancos o no originalmente europeos, que a menudo incluyen a sus descendientes, de regreso a su supuesto lugar de origen racial sin importar el estado de ciudadanía, lo que bien podría considerarse una política de limpieza étnica.

Otro tema central de estos grupos en la transformación de la Unión Europea en una «Federación de Naciones» que devuelva competencias a los estados que la integran.

Esta propuesta suaviza la sostenida en el pasado de copiar lo hecho por la Gran Bretaña al retirarse del pacto europeo.

El partido AfD integra el exclusivo club Identidad Europea y Democracia, del que también forman parte la Agrupación Nacional francesa de Marine Le Pen, La Liga Italiana y el FPÖ austríaco, todos calificados de ultraderecha.

Es importante tener presente que los sectores tradicionales conservadores han marcado distancia como lo ha manifestado el líder de la oposición alemana, Friedrich Merz, del partido Unión Demócrata Cristiana (CDU), quien ha rechazado todo tipo de cooperación con la ultraderechista Alternativa para Alemania.

La importancia de Alemania que es considerada la locomotora de Europa es su crecimiento al desplazar a Japón en 2023 como tercera economía mundial.

Otro dato de interés, en medio de una situación mundial delicada por la proliferación de conflictos, es que por primera vez desde 1992, Alemania invierte el 2 % del PIB a Defensa.

Frente a esta situación, el pasado 14 de febrero anunció la titular del Ministerio del Interior de Alemania, Nancy Faeser, y los directores de la Oficina Federal de Protección de la Constitución (BfV), Thomas Haldenwang, y de la Oficina Federal de Policía Criminal (BKA), Holger Münch, abordaron en conferencia de prensa una problemática urgente: la lucha contra el extremismo de derechas.

La ministra ha prometido utilizar todas las herramientas legales disponibles para defender la democracia: «Queremos aplastar estas redes de extrema derecha, queremos privarlas de sus ingresos, queremos quitarles las armas».

Muchas de estas ideas ya están contempladas en el plan de acción contra el extremismo de derecha de 2022, aunque aún quedan reformas legales pendientes en espera por ser aprobadas por el Parlamento.

Una de las medidas implementadas es la Ley de Servicios Digitales que entró en vigor en los 27 países de la Unión Europea en febrero de este año, pero que en Alemania se aplica desde 2023, donde procesan más de 1,500 denuncias mensuales de mensajes de supuestos contenidos ilícitos en la Internet.

Esta ambiciosa Ley de Servicios Digitales se impone a las 19 principales redes sociales, sitios de comercio y motores de búsqueda, entre ellos Google, YouTube, Amazon, Facebook, Instagram, X (ex Twitter) o TikTok.

Alemania al igual que Italia, tienen amargos recuerdos de gobiernos fascistas que los llevaron a la Segunda Guerra mundial.

Comparte esto!