La economía de República Dominicana está anclada a variables externas como el turismo, las remesas y la inversión extranjera directa (IED). Estos sectores, si bien generan ganancias para el país, están sujetos a fluctuaciones que dependen de la estabilidad económica global y las condiciones del mercado internacional. En el caso de la IED, se dirige hacia los destinos que ofrecen mayores beneficios económicos.
Las divisas movilizadas por esas tres fuentes de ingresos superaron los US$24,289 millones en 2023, entre los US$10,157.2 millones por concepto de envío (recibo) de dinero desde exterior; los US$9,751.0 millones generados por los turistas, y los US$4,390.2 en inversiones. Estos últimos gestionados desde el Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (ProDominicana).
Ismail Ersahin, director ejecutivo de la Asociación Mundial de Agencias de Promoción de Inversiones (Waipa), compartió sus perspectivas sobre las estrategias que podrían potenciar la atracción de IED en República Dominicana y la región de Centroamérica y el Caribe.
En conversación con elDinero, el experto destacó la importancia de adoptar un enfoque integral y estratégico para crear un entorno favorable para los inversores. Indicó que las reformas estructurales son esenciales, aunque no pueden lograrse de la noche a la mañana.
“Se necesita tiempo para implementar reformas que proporcionen un entorno de confianza y estabilidad. Además, es fundamental entender las expectativas del sector privado y priorizar sectores clave en lugar de dispersar esfuerzos en múltiples frentes”, dijo.
Sector privado y público
Ersahin señaló que, al observar casos exitosos a nivel global, se destaca la capacidad de los países para comprender y adaptarse a las expectativas del sector privado. Utilizó el ejemplo del Medio Oriente, donde la sincronización entre el sector público y privado ha facilitado una comunicación efectiva y ágil, a pesar de los desafíos burocráticos. “Los procesos burocráticos en algunos países pueden ser lentos, pero la disponibilidad de mano de obra altamente calificada y el establecimiento de incentivos juegan un papel crucial”, explicó.
De manera más específica, sobre los incentivos, destacó que estos funcionan como una “cereza en la parte superior del pastel”. Aunque no son el factor decisivo, ciertamente hacen la vida más fácil para los inversores. Sin embargo, enfatizó que la clave reside en la confianza. “Una vez que un inversor pisa un país, debe confiar en él. Debe haber un estado de derecho, estabilidad política y económica. Las inversiones no son como el comercio; son compromisos a largo plazo que requieren previsibilidad y seguridad”.
Tecnología
El director ejecutivo de Waipa también resaltó la eficiencia tecnológica como una ventaja competitiva. “En países donde la tecnología se utiliza eficazmente, los procesos burocráticos se completan en muy poco tiempo, lo que representa una gran ventaja. La agilidad en los trámites significa dinero para los inversores, y cada día cuenta”.
Finalmente, instó al Gobierno a establecer un entorno económico robusto, acompañado de estabilidad política y un estado de derecho claro. “Estos elementos son indispensables para atraer y retener inversiones a largo plazo. Además, debemos ser capaces de priorizar y enfocar nuestros esfuerzos en sectores donde realmente podamos ofrecer valor agregado y satisfacer las expectativas de los inversores”.
Para Ersahin, República Dominicana, con su ubicación estratégica y potencial económico, tiene la oportunidad de aplicar estas lecciones y fortalecer su atractivo como destino de inversión. La implementación de reformas estructurales, la mejora en los procesos burocráticos y la creación de un entorno estable y confiable serán cruciales para lograr este objetivo.