La guerra moderna



-Ramón Vargas.

La aparición de las nuevas armas modernas hipersónicas de destrucción masiva, nucleares y convencionales, láser, vehículos no tripulados, electrónicas, soldados robots, inteligencia artificial, etc., ha cambiado el concepto de la guerra conocida. Los cuerpos de ejércitos compuestos por grandes brigadas de miles de soldados, es algo tan obsoleto como los antiguos ejércitos medievales…

En la guerra moderna, los tanques y la infantería ya no serán decisivos en el campo de batallas; sin dejar de reconocer el valor de este último en la ocupación de ciudades, establecer cabezas de playas y atacar la retaguardia enemiga con tropas aerotransportadas.

En la invasión de Ucrania, los rusos cometieron varios errores cercando Kiev desde el inicio utilizando infantería y tanques. En la guerra moderna, los tanques son muy vulnerables en las ciudades, de ahí que los cohetes Javelin, proporcionados por Estados Unidos, causaran estragos. Los tanques ya solo son efectivos en terrenos abiertos. La infantería sin cobertura blindada es blanco fácil.

Resultó extraño que Rusia, en la fase inicial, no utilizó sus armas más letales en la lógica bélica de ablandamiento. Veo tres razones: subestimó el trabajo de Occidente en equipar y preparar el ejército ucraniano, quiso salir de las armas más obsoletas de la era Soviética y, por último, y esto es lo más importante, mantiene en reserva sus mejores armas ante la posibilidad de un enfrentamiento con la OTAN, muy próxima a sus fronteras.

En un territorio tan extenso como Ucrania (15 veces el tamaño de la República Dominicana), se necesitaría para ocuparlo más de medio millón de soldados. Mantener la logística (suministro, alimentación, atender los soldados heridos) en un territorio tan amplio es un verdadero desafío.

El cambio de escenario es la admisión de los errores cometidos. En esta nueva escena veremos más protagonismo de armamentos más modernos por parte de Rusia. Los misiles Iskander Kalibr y otros de alta precisión causarán estragos al ejército de Ucrania.

Llevar la guerra cerca de su frontera es lo que más conviene a Rusia, y no lo digo yo, con preocupación lo reconocen en Occidente. En el Este y el Sur, además de la cercanía de su territorio, es donde más simpatía tienen; por encima del 50% son descendiente o ruso parlante. En esa zona es muy difícil que Rusia no logre sus objetivos; ya tienen el control de Mariúpol. Si las tropas rusas atacan Mykolaiv, aislarán Odesa y Kiev no tendrá salida ni al Mar Negro, tampoco al de Azov. Se le complicará la situación para importar y exportar por vía marítima. En esas condiciones tendrá que negociar en peores desventajas. Desarrollar contra ataques al ejército de Ucrania se le hará difícil, contra el arsenal misilítico ruso en Crimea y sus fronteras. Mantener el abastecimiento y el suministro a sus tropas será un verdadero problema.

Los Estados Unidos y sus satélites le están haciendo un gran daño al pueblo ucraniano, haciéndole creer que pueden ganar una guerra imposible por más armas que envíen, con la consigna: «que siga la guerra hasta el último ucraniano», mientras miran la contienda desde los televisores.

Alargar este conflicto es un sin sentido; ojalá vuelvan las negociaciones, para que termine el sufrimiento de dos pueblos hermanos.

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