Gerrymander o la seudolegalidad en las elecciones



Isidro Toro Pampols

«La seudoley toma prestado el aspecto de principio de legalidad para vaciarlo de contenido.»
Moisés Naim

La Cámara de Diputados de la República Dominicana está conformada por 190 parlamentarios. Un partido político que obtenga el 10% de los votos distribuidos equilibradamente en cada demarcación electoral, debería tener alrededor de 19 escaños.

Si observamos los resultados de los comicios del año 2020 y aplicamos el porcentaje distribuido en cada circunscripción, ese partido hubiese obtenido quizás un solo diputado de los cinco elegidos por acumulación de votos a nivel nacional. Gerrymander en una práctica de repartición de los escaños que favorece al partido que puede manipular el diseño de las demarcaciones. Gerrymander es un término que expresa la práctica de formar o reacomodar las demarcaciones electorales para ampliar las posibilidades de triunfo del partido en el control de la autoridad electoral o el gobierno en las elecciones legislativas.

Lo ideal es que un parlamento sea una especie de fotografía del universo electoral que se expresa en comicios. Si un grupo político obtiene el 40% de los votos, debe tener ese porcentaje de parlamentarios y así distribuir una representación proporcional lo más cercana a la realidad electoral. Pero en la práctica no es así.

Los grandes partidos buscan mantener el dominio mayoritario en los órganos colegiados y si no pueden solos, aceptan de mala gana un bipartidismo y cuando se fragmenta el mapa electoral, buscan la manera de recomponerlo a su satisfacción. Unos de los sistemas utilizados por los grandes partidos para mantener a raya en la representación parlamentaria a los pequeños es el gerrymander.

Veamos. El término proviene del norteamericano Elbridge Thomas Gerry (1744-1814) quien fue un firmante de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y gobernador del estado de Massachusetts desde 1810 hasta 1812. Durante su mandato elaboró un mapa de las circunscripciones electorales para las elecciones de la legislatura del Estado que daba una tremenda ventaja a los candidatos de su partido. De allí el termino de gerrymander que, en ciencias políticas, se refiere a la manipulación de las demarcaciones electorales con el objeto de producir unos determinados resultados.

Hacia 1812 el gobernador Gerry preocupado porque en los distritos electorales del norte y del oeste del Estado su partido no obtenía el favor de los electores, decidió unificar estos reduciendo la posibilidad de escaños de la oposición en la legislatura. El mapa electoral que parecía una especie de «salamandra», con garras, alas y una cabeza de dragón, según la versión del dibujante Gilbert Stuart quien publicó la caricatura que llamó The Gerrymander, de allí el nombre que es el resultado de un juego de palabras con el apellido del gobernador de Massachussetts y salamander, que en ingles significa salamandra. Esa práctica ha continuado a través del tiempo y en muchos países.

Ayer con la ayuda de un mapa y un lápiz, hoy con la tecnología de la informática, de cualquier manera, se puede elaborar una distribución donde un partido gane en varias circunscripciones con una diferencia holgada y ser derrotado en una pocas con una diferencia abultada de votos. Hay fórmulas que agrupan y dividen votantes permitiendo que una minoría de votos se transformen en una cómoda mayoría de escaños. El gerrymander se puede producir dispersando electores para evitar que minorías puedan obtener representación o concentrando a la mayoría en pocas demarcaciones y así lograr menos escaños o varias combinaciones de lo expuesto.

Observando el mapa electoral de la Republica Dominicana, en el Senado un partido que obtenga el 40% de los votos de manera horizontal, en cada provincia y el Distrito Nacional, puede obtener todas las curules, mientras que otro con el 39% no lograr ni una. 10 provincias dominicanas son representadas por dos parlamentarios en la Cámara de Diputados, hay varias entre tres y cinco.

Las más grandes que aportan seis o más diputados al Congreso, son a su vez divididas en circunscripciones electorales que, con el sistema de D’Hondt como método de promedio mayor para asignar escaños en el procedimiento de representación proporcional, es muy difícil que los partidos que obtengan el 10% o menos de los votos puedan obtener un escaño, teniendo que reservarse para aspirar una de las cinco diputaciones que se adjudican por acumulación de votos a nivel nacional.

El sistema electoral dominicano está diseñado para que dos grandes partidos compitan y para el resto dependerá de su capacidad de alianzas para obtener una representación que refleje, incluso lejanamente, su caudal electoral en la Cámara de Diputados de la Republica Dominicana.

El gerrymander es legal, aunque arbitrario.

Comparte esto!