Dando Jaque: La Crisis Peruana




-Ramón Vargas

Debo confesar ‐admitirlo es un deber‐, que los acontecimientos de estos últimos días en Perú me han sorprendido; si bien es cierto, aunque parezca paradójico, que no debe sorprenderme la crisis de un país que cambia de presidente con más frecuencia que Jennifer Lopez de marido, sí me sorprendió el discurso del presidente Pedro Castillo decretando la disolución del corrupto Congreso peruano y, más aún, la contundente respuesta del pueblo peruano a los golpistas de la conspiradora oligarquía del andino país.

Y es que, siguiendo la crisis peruana, veíamos un presidente muy débil y aislado; a tal punto que prácticamente no tenía apoyo de ninguna de las instituciones políticas, sociales y militares. Para colmo, había roto relaciones con la organización que lo llevó a la presidencia: Perú Libre.

Esa ruptura había dividido en dos la bancada, que de por sí era minoritaria; lucía un presidente muy vulnerable y solo era cuestión de tiempo para ser vacado por los conspiradores. Pero los golpistas, Almagro y USA, no contaban con el pueblo peruano, ese combatibo pueblo que, dirigido por los generales Simón Bolívar y San Martin, en 1824 en la batalla de Ayacucho, logró su independencia definitiva.

La lucha actual del pueblo de José Gabriel Condorcanqui (Tupac Amaru), es consecuencia de una larga deuda social y de maltratos de la rancia oligarquía, que se concentra en las grandes ciudades (especialmente en Lima), en detrimento de los sectores más pobres y los siempre olvidados grupos indígenas.

Desde mucho antes de Pedro Castillo asumir, ya se evidenciaba la conspiración impulsada por los fujimoristas desde un Congreso convertido en un foco de conspiración permanente.

La crisis peruana, agravada desde la llegada al poder de Alberto Fujimori (1990-2000), y los cambios a una constitución (1993) hecha a la medida de la oligarquía peruana para eternizarse en el poder.

La década del fujimorismo y su cómplice, el delincuente Vladimiro Montesinos, ha sido una de la más nefastas que se recuerde en el Continente, quizás sólo comparada a la del colombiano Álvaro Uribe. En todo esto llama la atención el guión seguido por los golpistas de Bolivia, con el apoyo de Almagro y la complicidad de los Estados Unidos que, igual hicieron ayer con Evo Morales, hacen hoy con Pedro Castillo.

El rápido reconocimiento y apoyo de Joe Biden y Almagro a la usurpadora, no deja dudas del alcance de los conspiradores. Pero hay un detalle muy importante que olvidan: la correlación de fuerzas cambió. En Colombia no están los uribistas y, en cuestión de horas, los bolsonaristas se van en Brasil. La propuesta de Andrés Manuel López Obrador y otros líderes latinoamericanos para eliminar la nefasta OEA, ganará un gran impulso con la llegada al poder de Lula en Brasil.

La lucha que libra el pueblo peruano debe contar con el apoyo solidario de toda nuestra América Morena. El proceso de lucha debe continuar hasta que los vacados terminen siendo los enemigos y conspiradores de siempre…

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