Propuestas formales al país, en especial a la JCE



Por Rafael Céspedes Morillo

Comienzo felicitando a la JCE por la calidad mostrada en la organización de las pasadas elecciones del 19 de mayo del 2024, también hay que felicitar al país, por el civismo de los votantes.

Pero necesitamos más, queremos más y no hay duda de que podemos más, si necesitamos más seguridad, más confianza, más transparencia y mayor democracia. Para ello creo que se deben tomar en cuenta una serie de factores y elementos que a seguidas paso a enumerar como mis propuestas:

Que, en el momento de cierre, comenzando con el conteo de las boletas que no fueron usadas hasta el levantamiento del acta, debe ser filmado por lo menos por dos equipos, o personas diferentes. Comenzando ahí la grabación debe terminar con la lectura del acta y sus resultados, y que se escuche la aceptación de todos los presentes y cada representante firme el acta, que es entonces cuando pasaría a ser sellada y convertirse en documento definitivo y oficial, a las que cada delegado tendrá derecho a tomarle una fotografía, a fines de ser enviada a su partido y/o lugar donde le hayan dicho.

Con este elemento no se podrá aspirar a hacer nada que contravenga las normas, leyes y buenas costumbres.
Debe haber una fórmula para mantener la garantía de una composición partidarista adecuada a nuestra cantidad o de votantes. No es posible que un país con solo 8.2 millones de votantes haya tantos partidos.

No tengo la fórmula, pero debería legislarse en esa dirección. El erario no debe seguir sangrándose con esas garrapatas políticas que viven como reyes sin que apenas sean lacayos. ¿Cómo es posible que al PRD le entregaran en los últimos cuatro años una suma tan voluminosa de dinero y no obtuviera ni siquiera el 1%, de los votos emitidos.

Son los votos más caros. Otro tema sobre el cual creo se debe legislar es el transfuguismo. Las posiciones deben ser de los partidos, de los elegidos. Después de ganar se va, de acuerdo, pero el partido designa a otro en su posición.

Eliminar el llamado método D’hont en el caso de los diputados y de los regidores, de modo que saga ganador quienes hayan obtenido mayor cantidad de votos, evitando así la desgracia de que un candidato con 2,000 votos y otro con 6,000, salga ganador el de los 2,000.

No comparto la reelección presidencial, más allá de 2 períodos de 4 años; llegaría hasta aceptar que cada periodo sea de 5 años.

Tampoco comparto el voto obligatorio, no es justo que a las personas se les obligue a votar por: UN MALO, UN PESIMO O UN PEOR. Propongo que en cada boleta electoral sea puesto de modo especial el nombre de: NINGUNO. Bajará la abstención.

Recibiremos el llamado directo de la población votante de que la parrilla de candidatos no le resulta de interés en un porciento tal, que, si este pasa del 50% de los votantes, sea en primera o segunda vuelta, las elecciones serían declaradas nulas y se repitan por falta de apoyo de los concurrentes.

Votaremos por el candidato NINGUNO cuando los presentados por los partidos no llenen las expectativas del elector.

Sería un ejercicio realmente democrático y con la claridad de que quien resulte ganador en verdad merece la aprobación de un 50 más uno.

Lo propongo y lo someto al país, dejando en sus manos la fortaleza o debilidad de tener un nuevo método de votación que nos dará mayor poder y beligerancia.

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